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Guo Yunshen. Teoría del Xingyi, parte 3.

El método del arte del Xingyi no tiene par, pues no es nada más que dos cosas: espíritu y energía.

La cultivación está, desde el principio hasta el final, completamente relacionada con la respiración. Comienza con la respiración micro-cósmica, luego la macro-cósmica, luego alcanza el retorno al vacío, donde cada etapa es una transformación a través de la respiración. Este método del arte marcial es parecido, excepto que es el trabajo de entrenar tu cuerpo a través de trabajar en tus músculos y huesos. La cultivación es la búsqueda del movimiento dentro de la quietud, y cuando el movimiento alcanza su punto más alto, este vuelve a la quietud. El arte marcial es la búsqueda de la quietud dentro del movimiento y cuando la quietud alcanza su máximo, vuelve al movimiento. Si bien hay similitudes y diferencias en la manera en que inician el entrenamiento, el retorno al vacío es el mismo para ambos.


Se dice en los clásicos del Xingyi: “Consolidar tu virtud elevando tu mente es un asunto de lidiar con los oponentes. Nutrir tu virtud calmando tu mente es asunto de cultivar el Dao”. Por lo tanto, el método del Xingyi es el mismo que el de aprender la cultivación. En la cultivación hay 3 cambios: refinar la esencia y transformarla en energía, refinar la energía y transformarla en espíritu y refinar el espíritu y volver al vacío. El arte marcial también tiene tres cambios: Cambiar los huesos, cambiar los tendones y limpiar la médula. Las tres transiciones dentro del arte marcial son: energía obvia, energía oculta y energía neutral.


Entrenar hasta que “el boxeo sea sin boxeo, la intención no tenga intención, porque la no intención es la verdadera intención”. Así como en la cultivación, el entrenamiento del vacío y la unión con el Dao son la misma cosa. La cultivación tiene la práctica de “comenzar por retornar al vacío”. Una vez que hay un punto máximo de vacío y quietud, entonces tu aspecto activo primordial se activa. Esto súbitamente prenderá una luz sobre ti mismo, concentrando el espíritu en tus puntos de energía, y con cada respiro retornarás a tu fuente.


Cuando espíritu y energía no están unidos, mantén tu espíritu y sólo trabaja en tu respiración, como si fueras a residir allí siempre, manteniendo tu mente en ella en todo momento. A esto se le llama “fuego marcial”. Una vez que espíritu y energía estén unidos, podrás olvidarte de la respiración, como si sellaras un horno para poner el fuego afuera y lo limpiaras para poder encender un nuevo fuego. En el avance y el retroceso, ascenso y descenso, estarás retornando a tu origen. Espera por el momento en que pase y entonces trabájalo, hasta que se alcance la quietud suficiente como para “suprimir el fuego”. A esto se le llama “fuego y agua se envidian mutuamente” y es el trabajo de usar la respiración micro-cósmica para alcanzar la respiración macro-cósmica. Desde ahí se alcanza el vacío, del cual se obtiene la pureza.


Sólo de la nada puede surgir algo, de lo insustancial viene lo tangible, de lo pequeño viene lo grande, del vacío viene la acumulación. Tus transformaciones son siempre un asunto de saber en cuál estado está tu respiración. Ya sea en lo civil o lo marcial, lo duro o lo suave, fluctuarán como sea necesario, porque en todo esto, dentro del ir a favor está el ir en contra y viceversa. Lo que debe ser usado es un método donde no haya ni excesiva ni insuficiente armoniosidad centrada.


Estas han sido solo algunas breves palabras generales acerca de la cultivación. Ya que ella y el arte marcial corren en paralelo y no contrariamente uno de otro, el arte del Xingyi no es, por lo tanto, un arte marcial tosco. Temo que futuros practicantes de él solo usen la fuerza de su vigor adquirido y no sepan de la energía de su aspecto activo adquirido. Por eso, al explicar detalladamente el método del Xingyi, no hay nada más que estas dos cosas: espíritu y energía.


Habiendo llegado tan lejos explicando las ideas generales de la cultivación, hablaré ahora del arte marcial como tal en más detalle.


Al practicar el arte del Xingyi, hay tres etapas de respiración.

En la primera etapa, tu lengua se curva hacia arriba y toca el paladar superior, tu boca parece abierta pero no está abierta, cerrada pero no cerrada. La respiración es natural y no debe uno concentrarse en ella. Depende de los movimientos de las manos y los pies, usándolos para regular el patrón. Esta etapa es el trabajo de entrenar tu esencia y transformarla en energía.


En la segunda etapa, los requerimientos de la boca estando abierta pero cerrada y la lengua tocando el paladar se mantienen igual, pero la respiración cambia. Antes, los movimientos de las manos y los pies determinaban el patrón, pero ahora es la respiración en sí misma la que lo regula. Antes, la respiración era un asunto de inhalar y exhalar, concentrándose en la entrada y la salida solamente. En esta segunda etapa, presta atención a respirar con tu Dantian, a lo que se le llama también, la respiración del infante. A través de esta etapa corre el principio de entrenar tu energía y transformarla en espíritu.


En la tercera etapa, la idea es diferente de las dos anteriores. La primera etapa corresponde a una energía obvia y a una forma externa. La segunda forma es de energía oculta y de forma interna. En esta tercera etapa, si bien hay respiración, parece que no hubiera. Hay una intención de no olvidarla pero tampoco hacerla consciente. Es el maravilloso efecto de la transformación del espíritu. Dentro de la mente hay vacío. No hay Ser ni no Ser, y sin Ser o no Ser hay silencio e indetectabilidad, es el método de retornar al vacío.


Estas son las tres etapas de la respiración en su secuencia de principio a fin en la práctica del arte marcial. Aquí se encuentra el principio de un único proceso atravesándolo todo: el método de algo transformándose en nada.


Antes de que una persona haya practicado artes marciales, los movimientos de sus manos y pies tienen una disposición hacia obedecer su naturaleza adquirida, la que va desde la robustez, hasta el envejecimiento y luego a la muerte. Al igual que en los métodos daoistas, el Xingyi revierte este proceso, comenzando con la forma de acompañar la naturalidad ordinaria y luego lo invierte, yendo de la quietud hacia el movimiento y desde el movimiento de vuelta a la quietud, al realizar la postura de Santishi.

En esta postura, tu pie delantero debe estar vacío, tu pie trasero lleno. No debes inclinarte hacia adelante, ni hacia atrás, ni hacia los lados. En tu mente debe haber vacío, una quietud perfecta, insustancialidad. La más pequeña cantidad de vigor no puede ser añadida. Debe haber un estado de existencia puro, natural. Al alcanzar este estado, el entrenamiento florecerá. Esta es la verdadera energía dentro del arte marcial, naturalidad pura. También se le conoce como la energía inherente al ser humano, así como el principio de la cultivación “comenzar por retornar al vacío” y es también la doctrina de “la brillante perfección de devolverte a tu estado original”.


En cuanto a las maravillas del Santishi, si no has tenido verdaderas enseñanzas, no serás capaz de entenderlas. La idea dentro de esto es como la “puerta oscura” del daoismo, es lo que el Daxue llama “virtud brillante”, es lo que Mencio llamaba “nutrir la propia energía noble”, y va conforme a la marca central del diagrama del Rió He, la “energía innata del Taiji”. En la postura, no es tu cuerpo ni tus piernas parándose centradas los que te mantienen centrado. Se encuentra centrada debido a tu apego a las reglas de la postura. Quítale toda energía hiperactiva, devuélvelas al interior para que tu energía verdadera pueda ser restaurada a su estado original. Con eso, naturalmente dejará de haber un vigor extra en el interior, ya que dentro de tu mente habrá vacío. A esto se le llama “centrarse” y es también llamado “mente daoista”. Debes moverte en concordancia con esto.


El libro de la cultivación dice: “La quietud es asunto de naturaleza básica. El movimiento es asunto de la intención. La sutileza es asunto del espíritu”. Por lo tanto, cuando hay movimiento en el arte marcial, lo que se practica es llamado “verdadera intención innata”. Los movimientos del cuerpo, manos y pies toman entonces una forma y a esto se le conoce como intención adquirida. Lo adquirido va conforme a los estándares y reglas para así imitar a la intención innata. Comienza por retornar al vacío. Termina retornando al vacío. Es el principio de continuidad sin interrupción. Es la virtud del silencio e indetectabilidad. Todas estas cosas juntas son conocidas como el método del Xingyi.


Este arte marcial, primero, almacena la verdadera intención y energía hasta estar tan lleno que quedas en una posición neutral, sin inclinarte en ninguna dirección, armonizando sin vacilar. No hay forma y nada es visto, se le conoce como la energía interna dentro del arte marcial. Al comenzar a entrenar la energía interna dentro del arte marcial, la persona no comprenderá la teoría. Debido a que esta teoría es tan sutil, debe ser explicada en detalle, para evitar enviar al estudiante por el camino equivocado. Al principio del aprendizaje, están los estándares para evitar las 3 equivocaciones (Apuntar el pecho hacia afuera, elevar el abdomen y forzar la energía) y los 9 requerimientos. Las 3 equivocaciones no deben realizarse y los 9 requerimientos no deben descuidarse. Cuando los movimientos de las manos y los pies van de acuerdo al estándar y cuando la postura Santishi no es descuidada, como estas son las bases fundamentales, todo estará regulado.


Al practicar, tu boca debe parecer abierta pero no abierta, cerrada pero no cerrada, como es natural. La lengua toca el paladar, la respiración debe hacerse a través de la nariz. Durante el tiempo ordinario, cuando no se está practicando, o cuando hayas terminado de practicar, tu boca debe estar cerraba y no debe abrirse y debe mantenerse constantemente una respiración por la nariz. Al hablar, comer o beber, uno puede abrir la boca, pero además de esto, siempre debe estar tu lengua tocando el paladar y la respiración debe ser por la nariz. Si eres consciente de esto, entonces ocurrirá de la misma manera incluso al dormir.


Practica hasta que tus manos y pies estén coordinados mutuamente, y al levantar o dejar caer, avanzar y retroceder, serán como uno. Esto es que la respiración sea regulada. Pero si los movimientos de tus manos y piernas no están coordinados con el estándar, no habrá uniformidad entre arriba y abajo, tus pasos al avanzar y retroceder estarán desordenados, tu respiración no entrará pareja y saldrá dificultosamente, haciendo que tu pecho se sienta apretado. Esto es una respiración no regulada y, en consecuencia, tanto la técnica marcial como el propio cuerpo serán incapaces de fluir.


La regulación de la respiración en el arte marcial va de acuerdo a la acumulación de la respiración pasiva adquirida. Si llegas al punto de que tu abdomen bajo sea duro como una roca, corresponde una respiración adquirida activa que se acumula de manera forzada. La respiración debe ser siempre pura y natural. Usa el espíritu primordial de la verdadera intención. Llévalo hasta el dantian. Aunque tu vientre este lleno, parecerá vacío. Se dice también “Vacía tu mente y tu inteligencia natural no estará más oscurecida. Estimula tu mente daoista y la energía verdadera será permanente. Esta es la teoría de la energía interna dentro del arte marcial.


Traducido y publicado por:

Camilo Gallardo.

Instructor de Longhun Wudao

4ta generación del Xingyiquan transmitido por el GM Zhang Xigui.

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1 Comment


wushuxinxuemza
wushuxinxuemza
May 28, 2021

优秀的老师,我喜欢你的评论。

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