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Explorando la Cuna del Wushu: Reflexiones desde China

Ha sido un viaje que ha desafiado cuerpo y mente, pero cada paso en la tierra ancestral del Wushu ha sido una lección en sí misma.


Después de cinco años de espera, finalmente llegamos a China, y nuestro primer contacto fue con la majestuosa Beijing. Allí, nos recibió el venerable maestro Zheng Jianping, junto con mis hermanos de entrenamiento. Los primeros quince días han sido un verdadero desafío, con temperaturas que alcanzan los -7 grados Celsius en el hostil frío de Beijing. Sin embargo, nuestra voluntad y deseo de aprender han superado todas las dificultades.




En el parque Xinghai, hemos practicado incansablemente, incluso cuando la luz del día aún no asoma y el viento gélido penetra hasta los huesos. Este ambiente, aunque duro, ha avivado nuestras llamas internas, recordándonos que el verdadero aprendizaje se encuentra fuera de nuestra zona de confort. Volver a sentirse un novato en esta vasta tradición es una señal reconfortante de que aún hay mucho por descubrir y asimilar.

Los viajes durante estos días han sido una inmersión en la rica historia y cultura de China. Desde los emblemáticos lugares como el antiguo Palacio de Verano y el Templo del Cielo, hasta los clásicos Hutongs y los modernos centros comerciales, cada rincón rebosa con la armonía característica de esta milenaria civilización. Los diseños de dragones, los adornos chinos, los colores rojos y amarillos nos recuerdan la profundidad y belleza de esta cultura que tanto admiramos.


Luego, nos dirigimos a Jinan, donde el maestro Li Shufeng nos recibió con la calidez de un buen té. Sin perder tiempo, nos sumergimos en el entrenamiento, puliendo cada movimiento del Hong Taijiquan. En tan solo tres días, bajo la guía experta del maestro, corregimos errores y mejoramos significativamente. Jinan nos ha brindado la oportunidad de conectar con las raíces mismas del Taijiquan, explorando los antiguos lugares donde grandes maestros como Hong Junsheng dejaron su legado.




En mi aventura por esta ciudad llena de historia, me he reunido con otros maestros y practicantes comprometidos con la difusión y el desarrollo del arte marcial. Conversaciones con el maestro Li Enjiu y el maestro Cai Shengye han sido enriquecedoras, compartiendo anécdotas y experiencias que alimentan mi pasión por el Taijiquan.

Aunque el tiempo en China se desvanece rápidamente, la emoción por lo que está por venir sigue palpable. Una ceremonia de discipulado y una reunión con el presidente de la Asociación de Wushu de China prometen nuevas oportunidades y conexiones. Estoy ansioso por seguir compartiendo estas experiencias en mi blog, traduciendo las historias y lecciones que he recogido en este viaje transformador.


¡Manténganse atentos, porque se avecinan buenas noticias desde la cuna del Taijiquan!


¡Hasta pronto! Aznous.

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